En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora no queremos hablar de estadísticas, ni de la legalidad vigente, planes de igualdad y otros papeles mojados, queremos hablar de las mujeres de Indra que se ven día a día lidiando con la conciliación laboral y familiar. Compañeras de nuestra empresa, que se sientan a tu lado y que, seguramente, conoces.
Se trata de mujeres que, después de su maternidad, han decidido reducir su jornada laboral, con la consiguiente reducción de sueldo, que a veces se olvida, para poder cuidar de sus hijos en los primeros años.
¿Qué trato reciben en la imperial Indra Sistemas?
Algunas de ellas nos han contado que aquí la maternidad es un verdadero suicidio laboral: al volver de la baja se las aparca de su rol. Ya no son tan imprescindibles como antes ni tan buenas trabajadoras. Los gerentes no las quieren en sus proyectos porque “sólo trabajan 7 horas al día” o porque “a éstas seguro que a su hora se les cae el boli”. Ya no son tan "manejables". Sufren acoso y derribo para que hagan horas extras o renuncien a la jornada reducida, tienen que aguantar actitudes y bromas vejatorias y abiertamente machistas.
A otras mujeres, que no nos han hablado de su situación, las conocemos por observación. Algunas, con un puesto de responsabilidad e hijos pequeños, renuncian a la reducción de jornada. Saben que si la solicitan su carrera se quedará congelada. Saben que les pasará como a otras, que sí tienen la reducción y hacen más horas “porque el proyecto lo requiere”. ¿La jornada alargada y el sueldo reducido? La carrera profesional en Indra no es nada del otro mundo, suponiendo que exista. Pero para las mujeres que reducen su jornada pasa a ser inexistente. Ya pueden olvidarse de cualquier tipo de promoción. Ni hablemos de la PSI porque ya sería entrar en terrenos peligrosos.
¿El plan de igualdad de Indra Sistemas? ¿Sirve para algo? ¿Y el protocolo contra el acoso?
Todo esto ocurre ante la actitud silenciosa, de mirar a otro lado, a veces "cómplice", del resto de los trabajadores de la empresa. Reímos las "gracias" (los comentarios machistas); soltamos el típico “¿ya te vas?” cuando la compañera acaba su jornada; algunos pensaremos que esa chica no se compromete con el proyecto...
En la visión depredadora del mundo del capitalismo sólo existe el trabajo productivo. Deja de lado intencionadamente que para que pueda existir la vida humana es necesario otro tipo de trabajo que no produce beneficios económicos: se trata del trabajo reproductivo, que no sólo es el tener hijos. Incluye el cuidado de personas dependientes y que es imprescindible porque todos somos dependientes en ciertos momentos de nuestra vida: infancia, vejez, enfermedad,… También el trabajo doméstico, sin el que no podríamos comer, vestirnos con ropa limpia o vivir en una casa habitable. Y también las relaciones sociales y la cohesión con las personas de nuestro entorno, sin la ayuda del cual, por ejemplo, muchas personas no podrían sobrevivir a la actual crisis económica. Sin el trabajo reproductivo no habría trabajadores que pueden producir durante 8, 9 o más horas al día, cinco días a la semana, 11 meses al año.
¿Nuestra solución? El reparto del trabajo y de las responsabilidades familiares. Trabajar menos horas para trabajar todos en el trabajo productivo y repartir el trabajo reproductivo.
La situación de las mujeres con reducción de jornada (y la de los pocos hombres que también eligen esta opción) sólo se arreglará con la solidaridad y apoyo de los compañeros, de los trabajadores de la empresa.
¿Difícil?, ¿imposible? No sabemos, ¿qué otra cosa se os ocurre? Aceptamos sugerencias
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