Un año más, llegó el momento de mirarnos ante el espejo que la empresa nos pone con la intención de decidir qué tipo de profesionales somos.
Al igual que en el cuento de Blancanieves preguntamos: “espejito, espejito, ¿qué tal he sido este año?, ¿me he esforzado mucho y he seguido las pautas que me han marcado?”.
Lo que pasa que aquí el espejo no dice siempre la verdad sino lo que le conviene.
A este proceso de determinar los mejores, los peores, los premios y los perdedores, se le llama evaluación del desempeño.
Desde la CGT no estamos de acuerdo con estas prácticas que pretenden fomentar valores como la competencia entre compañeros, la desigualdad y la falta de objetividad dificultando otros, como la solidaridad, el compañerismo y el trabajo en equipo.
Estamos a favor de la negociación colectiva, las subidas salariales, el IPC para todos, sin impedir que la empresa utilice otros métodos para fijar otro tipo de progresiones dentro de la empresa.
La realidad es que desde que se ha implantado el método de subidas individuales los trabajadores, a lo largo de los años, no sólo hemos perdido poder adquisitivo sino también calidad de vida en sobreesfuerzos no pagados.
La base para poder encuadrar a los trabajadores en estos grupos viene predeterminada por un concepto que todos en algún momento habéis oído: "campana de Gauss". Que sí, puede que este muy bien para agrupar grandes poblaciones, pero no en un proyecto de 6 personas donde debemos elegir al bueno, al malo, al no tan bueno y al muy malo. Esta campana determinará los porcentajes de personas dentro de cada banda y esto se decide a través de tu responsable. Éstos determinan, aunque todos hayáis hecho un trabajo fabuloso, quiénes son los que suben al barco y quiénes son los que se quedan en tierra. Volvemos a la pregunta, ¿cuál es el valor objetivo que determina esa diferencia?
Así que ya sabéis: más vale caer en gracia que ser gracioso.
Nos queda claro que no sólo la igualdad y la objetividad se pierde en algún momento de este proceso sino también la justicia en la retribución de nuestro trabajo.
En la actualidad, todo esto se quedaría en un mero juego si no fuera porque nuestro futuro profesional es el que está en la mesa y más aún cuando estas evaluaciones pueden estar determinando, en caso de ser negativas, quién sale de la empresa.
¿Cuál es el objetivo real de toda esta competencia entre nosotros? Enseñar la zanahoria para pelear por ella, pero ya sabes lo mismo te esfuerzas mucho y cuando llega el momento la zanahoria se la ha comido otro. Pero bueno, no te preocupes que si sigues así, el año que viene seguro que tú eres el elegido… ¿te suenan estas promesas?… y más promesas.
Compañer@s tengámoslo todos claro este sistema sólo busca que nos autoexplotemos compitiendo cada día con nuestros compañeros por ser unos mejores que otros.
En la actualidad, todo esto se quedaría en un mero juego si no fuera porque nuestro futuro profesional es el que está en la mesa y más aún cuando estas evaluaciones pueden estar determinando, en caso de ser negativas, quién sale de la empresa.
¿Cuál es el objetivo real de toda esta competencia entre nosotros? Enseñar la zanahoria para pelear por ella, pero ya sabes lo mismo te esfuerzas mucho y cuando llega el momento la zanahoria se la ha comido otro. Pero bueno, no te preocupes que si sigues así, el año que viene seguro que tú eres el elegido… ¿te suenan estas promesas?… y más promesas.
Compañer@s tengámoslo todos claro este sistema sólo busca que nos autoexplotemos compitiendo cada día con nuestros compañeros por ser unos mejores que otros.
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