Se cumplen ahora 10 años de esta crisis del sistema
capitalista, una crisis que no es más que otra herramienta de la gran patronal,
de las multinacionales y de los dueños de la banca, con la complicidad de un
sistema político corrupto, para aumentar sus enormes beneficios siempre a costa
de los derechos de la ciudadanía y especialmente de la clase trabajadora. Esta
crisis es en realidad una gran estafa.
Llevamos 10 años en una situación de emergencia social, donde ya
no solo las personas sin trabajo están bajo el umbral de la pobreza, sino que
más del 14% de las personas con trabajo son pobres como consecuencia de la
precariedad de los nuevos contratos de trabajo, con contratos parciales y
sueldos de supervivencia, que constituye la nueva realidad laboral de
indignación. A ello se suma el retroceso en el poder adquisitivo que han
sufrido las pensiones, ocasionando que uno de cada tres pensionistas esté por
debajo de ese umbral de pobreza, a la vez que ha aumentado la brecha salarial
de género, tanto en los salarios como en las pensiones.
Nos enfrentamos a un ataque
ideológico y estratégico que pretende que lo que hasta hace poco tiempo eran
derechos sean ahora negocio: la educación, la sanidad, las pensiones… todo
aquello que en suma es nuestro, de todos y todas, se está convirtiendo en
dividendos para las grandes corporaciones empresariales. A cambio nos obligan a
rescatar bancos y autopistas, pagando una deuda que no es nuestra, pagando una
deuda que es ilegítima y que en gran parte procede de la corrupción. Nos están
estafando.
Desde la CGT decimos que no vamos
a resignarnos a que los bancos sean más importantes que las personas; desde la
CGT nos negamos a que buena parte de los servicios públicos sigan siendo
privatizados y precarizados; desde la CGT no consentiremos que se desmantele el
sistema público de pensiones; en la CGT no aceptamos que la clase trabajadora
vea reducidos sus derechos todos los días con nuevas reformas laborales.
Es hora de que se produzca un reparto del trabajo reduciendo la
jornada laboral, acabando con las horas extras y adelantando la edad de
jubilación para que todos y todas podamos tener trabajo. Deben recuperarse los
servicios públicos privatizados, donde solo sea importante la eficiencia de los
mismos para que de verdad exista una protección social que sea pública y
universal, para todas y todos. Es imprescindible repartir la riqueza a través
de una reforma fiscal que haga que quienes soporten la mayor parte del gasto
sean las grandes fortunas y corporaciones, que son las que han visto
incrementados sus beneficios con esta crisis-estafa. Hay que acabar con el
fraude y los paraísos fiscales.
Para la CGT la resignación no es una opción, es hora de ocupar de
nuevo las calles, es más necesario que nunca que la CGT esté presente allí donde
se producen situaciones de injusticia social, es necesaria una movilización
permanente de la CGT contra este sistema corrupto, convocando y participando en
cuantas movilizaciones sean necesarias para conseguir una sociedad
autogestionaria, antipatriarcal, ecologista, no racista ni xenófoba...
libertaria.
LA ESTAFA CONTINÚA
SEGUIMOS EN LAS CALLES
Viva el 1º de Mayo
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