Desde la CGT
gritamos para que retumbe en todos los confines del mundo:
Basta ya de tanta Violencia Machista; basta
ya de toda Violencia Machista
En lo que
llevamos de año, en España, decenas de mujeres han sido asesinadas a manos de
los “hijos sanos del patriarcado”; miles de mujeres y niñas han sido violadas,
abusadas y acosadas sexualmente. Queremos que se señalen a todos los agresores,
tanto por parte de las Administraciones Públicas como por los Medios de
Comunicación y que la sociedad se entere:
¡Que no nos morimos, nos asesinan!
Mientras
tanto, las Administraciones Públicas siguen sin dotar presupuestariamente el
completo desarrollo de las leyes que se aprobaron para erradicar la violencia
machista. Su inmovilismo sostiene la violencia del Estado contra nosotras por
sus políticas privatizadoras, antisociales y generadoras de desigualdad.
¡No es suficiente con exigir un Pacto de
Estado si se queda en papel mojado!
Los medios
de comunicación al servicio del poder, reproducen sin crítica las violencias
estructurales machistas, normalizando un sistema binario heteronormativo que
nos cosifica, que instrumentaliza nuestros cuerpos objeto al servicio del
machismo, queriéndonos hacer víctimas, sumisas y cómplices del patriarcado. Pero nosotras, nos rebelamos, hablamos,
escribimos nuestros propios discursos, elegimos nuestras imágenes, ensalzamos
nuestra lucha y disidencia, desarrollamos proyectos autónomos y autogestionarios
de nuestros recursos personales y comunitarios.
El sistema
patriarcal nos necesita a las mujeres como objetos reproductores de mano de
obra precaria para poder seguir enriqueciéndose a nuestra costa. Por eso, la
Ley 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del
embarazo, no permite ejercer el
derecho al Aborto, Libre, Seguro, Público y Gratuito que
exigimos para todas las mujeres, incluidas las menores de edad. Dejad de
rebajarnos a la minoría de edad para decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras
vidas.
Ante los
avances que logramos con nuestras luchas, la reacción del machismo organizado
es exigir una legislación que nos imponga una custodia compartida en los casos
de separación y divorcio, en lugar de apoyar una maternidad-paternidad
responsable y acuerdos en los cuidados de las y los menores.
Denunciamos
la violencia institucional en los propios juzgados de violencia de género hacia
las mujeres y sus hijas e hijos, castigando a las que denuncian.
Defendemos una subversión feminista de la economía, una
coeducación feminista transversal y unos modelos educativos en todas las áreas
de la vida que no reproduzcan o invisibilicen las violencias machistas, que se destine el dinero de nuestros
impuestos a erradicar la violencia y a señalar a quien la ejerce, incluidas las
diferentes iglesias e instituciones públicas. Nos declaramos insumisas,
rebeldes y subversivas.
¡Reaccionemos! ¡Pasemos a la
acción! ¡Ante sus violencias, nuestra autodefensa!
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