Indra acaba de salir de ERE que afecta oficialmente a 1750 trabajadores y que está sustentado por motivos económicos y organizativos. Dado que el plan de viabilidad de Indra indicaba que los costes del ERE no se verían amortizados hasta el tercer año de aplicación, nos resulta de difícil comprensión que ahora se disponga de efectivo para la adquisición de Tecnocom.
Además, la situación de Tecnocom no justifica, a priori, el importe de la transacción. En 2015 declaró beneficios de 3.1 millones de euros sobre una facturación de 406, viniendo de pérdidas de 13 millones en 2014. Su valoración bursátil a fecha de 12 de febrero de 2016 (apenas 10 meses antes de la OPA) era de 0.98 euros, mientras que el precio que finalmente ha acordado Indra es de 4.25 euros, un incremento de más de cuatro veces.
CGT ha intentado ponerse en contacto con la empresa para que nos explicara la motivación de ese sobrecoste, ya que no tenemos constancia de ningún hecho relevante que justifique este sobreprecio. Su respuesta es que el señor Martorell está muy ocupado para reunirse con nosotros.
Dada la opacidad y la urgencia de la operación, el único factor que entendemos puede motivar dicha compra es que Tecnocom, conjuntamente con Scytl, han sido las dos únicas empresas que han ganado a Indra la gestión de las elecciones generales del estado español en toda su historia.
Queremos recalcar que el Estado controla el 20% de Indra a través de la SEPI, por lo que entendemos que una vez más Indra se está utilizando partidistamente para intereses políticos y ajenos a la actividad empresarial, olvidándose de que los trabajadores hemos sufrido un ERE injusto, innecesario, y que nuestras condiciones laborales empeoran cada año que pasa.
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